Padre bueno, gracias.

Gracias por el Papa Francisco,
por su vida alegre y gastada sin reservas,
por su corazón inquieto por los descartados
y su ejemplo de misericordia.

Ahora abrázalo tú.

Dios Hijo, que pensaste en Pedro
cuando imaginaste tu Iglesia,
danos un nuevo Papa que nos hable de ti sin miedo,
que muestre esas facetas de tu rostro
de las que el mundo tiene sed y aún no conoce.

Espíritu Santo,
despiértanos en esta espera.

Prepara ahora nuestra Iglesia
para el Papa que viene,
haznos tierra buena para lo nuevo,
que lo acojamos con alegría,
con humildad y confianza sin cálculos.

Tú sabrás guiarnos.

Te pido luz para el , que le concedas
tu claridad y libertad interior
para elegir según tu voluntad.

A ti, Dios vivo,
te decimos sí.